«Cuando sabes de dónde vienes,
sabes dónde vas».
UN AUTÉNTICO MOLINO DE PIEDRA
Reservado a los panaderos artesanos.
Desde su llegada en Nozay en 1973, Bernard Bourseau imaginó el molino de su infancia, un molino de piedra.
UNA HISTORIA DE PASIÓN
Apasionado, responsable y visionario, Bernard Bourseau ha sabido conciliar autenticidad y modernidad, transmitiendo a sus hijos, Franck y Christophe, una herramienta de trabajo que hoy les distingue.
A partir de los años 80, emprendió una larga búsqueda de material original y trabajos de renovación para reconstruir este auténtico molino. Fueron necesarios 20 años de pasión, trabajo duro y perseverancia antes de que el molino moliera sus primeros granos de trigo en 1999.
UN MOLINO ÚNICO Y AUTÉNTICO
Único porque antes no existía y hubo que imaginarlo todo.
Auténtico porque, aunque hubo que hacer algunas concesiones para que el molino pudiera funcionar, Bernard Bourseau ha tenido cuidado de preservar los fundamentos de la molienda con piedras de molino, que garantizan harinas excepcionales. Las muelas se fabrican con piedra natural de cuarzo de agua dulce procedente de La Ferté Sous Jouarre: la capital mundial de la piedra de molino hasta el siglo XIX, gracias a la excepcional dureza y calidad de la piedra extraída de sus canteras, que abastecían a los molinos de todo el mundo.
La harina se transporte en elevadores de cubo de madera.
EL MOLINO BERNARD BOURSEAU HOY
Bernard Bourseau tenía razón al creer en él: estaría orgulloso de saber que su molino está autorizado para producir harina de piedra Label Rouge y Biologique tipo 80 Bagatelle.
En 2016, Franck y Christophe se propusieron salvaguardar este patrimonio y devolverle su antiguo esplendor, conservando al mismo tiempo la esencia misma del molino que habitó su padre, un hombre con corazón. En esta tierra que eligió hace más de 40 años, su huella puede por fin adornar el frontón de su molino de piedra.